Repetimos la experiencia por

una apasionada inclinación hacia CUBA

Los paisajes cubanos de mis sueños infantiles, tenían aquel mismo aspecto vasto y silente cuando lo comprobé nuevamente en este segundo viaje. Los detalles con los que dibuja la luz y las texturas del paisaje, la exactitud en el dato más nimio, cuando difícilmente pude tomar notas de todo a bote pronto.

Aquella aldea misteriosa y atávica de la visita a Viñales, no era una invención, existía de verdad y la estaba apretando suavemente con mis ojos asombrados, esperando encontrar esa ciudad fantasmal, retrato de una Cuba profunda que todos creemos pasiva, estática y resignada, llena de costumbrismos actualizados y encadenada a la superstición, pero que en el fondo es sabia y se adapta como un guante a cada vaivén de la historia. Pero me equivoqué y encontré unas población armoniosa y alegre, rodeada de arroyos e inmensas arboledas sobre las que despuntan los gigantescos mogotes.


- Día 22: Primera noche en LA HABANA